¿Qué hubiera sentido Pedro Paulet, pionero de la Aeronáutica a nivel mundial, que el 2 de julio, Día Nacional de la Aeronáutica, fuera trocado por un consumista Día del Amigo? Es posible, una gran indignación.
Sin duda, el valor de la obra de este genio de la ingeniería, hermano nuestro, provinciano como muchos, arquitecto, artista, estadista y también político no tienen punto de comparación con la obra del hispano-peruano Mario Vargas Llosa. Los aportes del primero, tienen un alcance mundial y marca el inicio de una nueva era: la conquista del espacio por el hombre. Él habló de que no se trata de emular el vuelo de las aves, sino vencer la gravitación terrestre y dominar el espacio. Este fue el punto de partida de su teoría de la retropropulsión, que no es más que la aplicación de la 3ra ley de Newton, pero de manera ejemplar y magistral. Esta fuerza, que logra vencer a la gravitación y desplaza a la nave, el equivalente al empuje generado por una hélice en una embarcación, es generada por la reacción de una masa química ideada y creada por nuestro compatriota, logrando así la propulsión a chorro. Esta masa es la que actualmente usan los cohetes espaciales.
Pero el aporte de Paulet no se quedó allí. Éste diseñó y construyó un motor utilizando las fuerzas explosivas retro-propulsoras de cohetes a partir de la reacción química de masa mencionada. Logrando con ello revolucionar la matriz energética y crear un nuevo tipo de motor mucho más avanzado frente a los motores a vapor, eléctrico y de explosión para la propulsión aeroespacial.
La genialidad de este gran hombre, mestizo como muchos, lo empujó a la creación del avión torpedo, llamado por él: Autobólido, diseñado en base a su motor de reacción. Esto significó un novísimo aporte en la arquitectura y el diseño estructural de las naves espaciales. Su diseño estaba basado en principios completamente diferentes a los conocidos en ese entonces. La nave de Paulet no tenía alerones, un fuselaje con alas de avión tradicional, un motor a gasolina, ni tiene hélices.
Konstantin Tsiolkovsky, físico-matemático ruso y uno de los precursores de la astronáutica, en 1902, diseñó una nave a retropropulsión para viajes interplanetarios guiándose en los diseños y el prototipo denominado “Autobólido" que en 1895 había diseñado Paulet. Asimismo en 1912, el profesor estadounidense Robert Goddard y el científico alemán Hermann Julius Oberth, en 1923, perfeccionaron sus motores experimentales en base a la concepción inicial de Paulet. Fue el propio director de la NASA y director del primer vuelo tripulado a la Luna, el científico Wernher von Braun, quien reconoció que, el esfuerzo del peruano Paulet, ayudó a que el hombre abordara la Luna.
Estos hechos, empujan a Paulet a ser considerado como el pionero no solo del motor a propulsión con combustible líquido, sino de la Aeronáutica en el mundo.
Integración Estudiantil Base UNI, le rinde un cálido homenaje en este 137° aniversario de su nacimiento. Firmes en el ejemplo de Paulet nos reafirmamos en la necesidad de promoverla desde las aulas universitarias junto a una auténtica revolución científico-tecnológica que rompa con nuestra dependencia y atraso y, a la vez, coadyuve a revolucionar la base productiva primaria exportadora en busca de nuevas relaciones de producción de equidad y bienestar social.
A nosotros, como juventud universitaria, nos es necesarios sublevarnos para hacer ciencia, tecnología e ingeniería de primer nivel en un país de políticos que han olvidado olímpicamente a la ciencia, ingeniería y arquitectura, reclamando una nueva universidad que sepulte a ésta que está obsoleta y arcaica, en la que los mejores hijos del pueblo, tal como Paulet, tengan todas las condiciones plenamente garantizadas para brillar con luz propia alumbrando el oscuro camino que vive nuestro país desde hace 500 años. Si Gana Perú y el nacionalismo no nos acompañan en esta obra histórica, los estudiantes en las calles, tendremos que conquistarla.
Integración Estudiantil Base U.N.I.
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